el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 22 de marzo de 2010

22/ 03: LUUNA Vol.1


Como decía el inolvidable Carlos Meglia, Didier Crissé es más mainstream que el Clarín. Un día va a firmar una obra suya como Juan Carlos Mainstream y nadie va a dudar acerca de quién la escribió. Crissé no se zarpa, no experimenta, no se devana los sesos para pelar cosas que no se hayan visto jamás en ningún otro comic/ película/ videogame/ novela/ etc. El tipo conoce perfectamente el paño de la historieta de aventuras para adolescentes y dentro de eso se maneja con la cancha y la efectividad de un Número Uno. En Francia, claro. Acá, como no hace shonen berreta ni sagas de Green Lantern, no lo conoce nadie.
Luuna es aventura clásica en estado puro. Ojo, con “aventura clásica” no quiero decir “aventura arcaica”. Esto no se podría haber publicado ni en El Tony ni en Skorpio. Es aventura clásica del Siglo XXI, pensada para sintonizar con el lector joven de hoy, que ya pasó por Mulan, Pocahontas y Aladdin pero todavía no llegó a La Búsqueda del Pájaro del Tiempo, o a Las Siete Vidas del Gavilán. Pongámosle que está apuntado al público de Valérian, así entendemos todos rápido. Ahí se inscribe esta saga de fantasía épica ambientada en el Noreste de los EEUU, en la época en que los aborígenes dominaban la región. Luuna, la joven y escultural protagonista, va a recorrer bosques y montañas en una gesta que la va a enfrentar con innumerables peligros y con el más jodido de todos, que es su propio lado oscuro, controlado por un despiadado Dios de las Tinieblas.
Al atractivo habitual de las historias de viajes iniciáticos, de adolescentes con un poder extraño, o simplemente de largas travesías en busca de… algo, Luuna suma un gancho más que es el de meterse a fondo con las costumbres, la religión, la fauna y los paisajes que imperaban en la época de los pieles rojas. La investigación histórica es acertada y la lectura del comic aporta data muy valiosa y de modo sutil, no enciclopedista. El tono a primera vista parece casi funny (como Pocahontas y Aladdin), porque hay espíritus del bosque que parecen ardillitas, o bichitos simpáticos tipo Disney, que proveen una buena dosis de un humor bastante ingenuo. Pero cuando la mano se pone heavy, pasan cosas jodidas de verdad y Crissé no les esquiva el bulto ni las “sugiere”. Están ahí, las ves, y pegan fuerte.
Y así como en Cañarí el guionista tenía ese ancho de espadas que era Meglia, acá tiene un ancho de bastos, que es Nicolás Keramidas, un pibe que en los últimos diez años pasó de ser un esclavo más de la factoría Disney a ganarse la idolatría masiva en el mundo de la bande dessinée. El primer tomo de Luuna es de 2001 y está un poquito por debajo del resto de la serie. De hecho, el colorista Bruno García pone mucho de sí para que el dibujo se vea power. Pero a partir del segundo tomo ya vemos a un Keramidas mucho más canchero, con todo listo para iniciar ese ascenso meteórico del que hablamos y que llega a su punto más alto en 2008, cuando se manda ese tomo de La Mazmorra: Monstruos que te produce orgasmos con sólo ver una viñeta.
En Luuna se ve clarísimo que el entrenamiento de Keramidas viene de sus nueve años como animador en los estudios del Tío Walt. Maneja esa estética tan bien que uno tiene miedo de que en cualquier momento los animalitos se pongan a cantar. Como todos los dibujantes que la rompen en la animación, se manda unos fondos alucinantes, se zarpa en las expresiones faciales, domina de taquito el lenguaje corporal de los distintos personajes (no hay dos que parezcan “moverse” igual) y no se mete en bretes narrativos, ni siquiera cuando se tiene que fumar esas páginas con 10 ó 12 viñetas, tan frecuentes en el comic franco-belga. O sea, recontra-garpa.
Si te gusta la aventura fantástica sin mayores pretensiones filosóficas pero con mucha onda y excelentes dibujos, a la larga te vas a dejar seducir por Luuna. Y si conocés a chicos y chicas de entre 13 y 17, ni se te ocurra prestarles un libro de Luuna, porque se van a volver locos y no te lo van a devolver jamás. Por último, yo insisto con la berretada de leer el comic francés en ediciones yankis, pero bueno, los amigos de TokyoPop me dan DOS álbumes franceses por u$ 13 ($ 50 de los nuestros). ¿Alguien iguala esa oferta?

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