el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 12 de mayo de 2010

12/ 05: KINGYO USED BOOKS Vol.1


Kingyo Used Books es, además de un excelente manga, un canto de amor al manga. Las siete historias que componen el tomo giran en torno a una librería que se especializa en vender mangas usados, a aquellos que quieren reencontrarse con las historias que los emocionaron en la infancia y la juventud. Y por supuesto, también a los geeks pasados de rosca que quieren tener las “figuritas difíciles”, como las primeras ediciones de algunas obras clave en la historia de este medio.
La mangaka a cargo de abastecer las bateas de esta librería con sorpresas y emociones es Seimu Yoshizaki, a quien jamás había oído nombrar, pero a la que se le nota el talento y la pasión por el tema que toca y por los personajes que construye para llevar adelante los distintos relatos. El dibujo es muy, muy bueno. No es majestuoso, no es super-personal, pero tampoco es la típica mangaka que vemos en los shojos de Ivrea, esas que desconocen por completo las reglas básicas de la narrativa y se zarpan metiendo personajitos cutes y deformes, o textos kilométricos en los que te explican en qué mierda estaban pensando mientras sacaban con fritas las páginas para llegar a tiempo a la peluquería, a hacerse los rulos en los pendejos. Preparate para descubrir a una mangaka muy completa, difícil de encasillar, que trabaja muy bien los climas, los gestos, los fondos… todo con una solidez notable.
El manga está lleno de información sobre otros mangas. Los personajes son expertos y a veces asesoran a los clientes con data muy grossa sobre series, autores y hábitos de consumo de los comiqueros nipones, data que la autora complementa con breves notas a los costados de las viñetas y que el especialista Hiroshi Hashimoto desarrolla en artículos que se publican al final del tomo. Todo eso, más los propios hallazgos del guión, que no son pocos, contribuye a crear un clima en el que gobierna la pasión, el cebamiento, el saber conectarse con la emoción o la alegría que sólo el buen manga te puede brindar.
Entre muchos detalles riquísimos y placenteros, destaco tres. El momento del primer episodio en el que el tipo que consulta en la librería para vender sus mangas aclara que no es un otaku para que no lo miren mal, revela con elocuencia cómo en Japón ser otaku es una especie de patología nefasta, como ser barrabrava, pedófilo o afiliado al PRO. Por otro lado, el episodio en el que uno de los empleados de la librería descubre un tomo del Teniente Blueberry (clásico del comic francés, creado por Jean-Michel Charlier y Jean “Moebius” Giraud) es un acertado estudio acerca de cómo se relacionan los japoneses con el comic occidental, qué les pasa cuando lo leen, qué entienden y qué no, y lo bizarro que les resulta la forma en que se publica la historieta en Europa: el álbum grandote, con tapas duras, 46 páginas de historieta a color y papel finoli, para los ponjas es una marcianada indescifrable… pero el amor es más fuerte, y Shibasan rápidamente ve cómo Charlier y Giraud derriban las barreras entre el manga y la bande dessinée y se hace fan a muerte de Blueberry.
También sobresale el capitulazo de Ayu Chan y Okadome, los buscadores de mangas raros en tiendas antiguas a las que ya nadie visita. Lejos el mejor dibujado, este episodio cambia el foco, se concentra en personajes que hasta acá no habíamos visto y nos explica de qué se trata la apasionante profesión de los sedoris, todo eso en medio de una historia conmovedora y con un final demasiado bueno para ser real.
Si alguna vez sentís que tu pasión por el manga está en declive, que ya no te cebás tanto como antes con esas historias, esos autores y esos personajes con las que alguna vez deliraste, la fórmula infalible es visitar la tienda de libros usados de Kingyo. Ahí te van a dar para que tengas, y te vas a querer quedar a vivir, como creo que nos pasó a todos los que tuvimos la suerte de leer este manga.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Andrés, te hago una consulta? sabés cuanto se cobra para colorarear una pagina de un comic infantil a EspañA?
Mas o menos, son como 30 paginas. Abrazo y gracias.

P

Andres Accorsi dijo...

Ni idea, estimado P...