el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 30 de agosto de 2010

30/ 08: SWAMP THING: BAD SEED


Había una vez una revista maravillosa que se llamaba Swamp Thing, por la que en los ´80 habían pasado Alan Moore y Rick Veitch y habían dejado el listón demasiado alto para cualquiera que viniera después. Los dos autores siguientes (Doug Wheeler y Nancy Ann Collins) fracasaron miserablemente y para 1994 Swamp Thing era el comic que nadie leía ni ebrio ni dormido. Pero vino Mark Millar, cuando no era nadie, con la humildad del pibe que debuta en un club del ascenso, y logró lo impensable: casi 40 meses más de vida para este fiambre y, lo que es mejor, un nivel impresionante. Posta, el Swamp Thing de Millar y Phil Hester es excelente por donde se lo mire, con nada para envidiarle al de Moore o al de Veitch. Pero el costo de esos hermosos números fue altísimo: Millar transformó a Swamp Thing en otra cosa, en algo demasiado grosso, en algo que no encaja en ningún universo, en ningún relato, algo más allá de los conflictos que hacen interesante a cualquier guión. Y claro, así no se podía seguir.
De hecho, cuando a Brian Vaughan le encargan resucitar la serie, el grosso hace trampa: la revista se llama Swamp Thing, pero la protagonista es Tefé, porque Swamp Thing –tal como lo dejó Millar- era más jodido de usar que las galeras de Aníbal Pachano. Hacía falta un mecanismo de continuidad, un truco que volviera a Swamp Thing para atrás pero sin cagarse estrepitosamente en nada de lo anterior, un pase de manos que volviera a hacer viable (“aventurable”, diría el Maestro Sasturain) al viejo personaje de Len Wein y Berni Wrightson, ese “abuelo de Vertigo” al que tanto amamos desde los ´70.
Y apareció, nomás, un hechicero valiente que dijo “Yo me hago cargo. Seis numeritos, nomás, después que la siga otro”. Pero en esos seis episodios, Andy Diggle (que de él se trata) hizo lo imposible: respetó lo de Millar, abrevó de lo de Vaughan y volvió a Swamp Thing a un status quo que en este tomo no se llega a ver, pero que seguro tiene mucho más que ver con el de Wein o el de Moore que con lo del ´94-2001. Con eso alcanzaba, no lo dudes un instante: nadie esperaba que Bad Seed fuera un gran comic, simplemente que dejara a Swamp Thing en un nuevo punto de partida más o menos fértil para seguir adelante con la saga. Pero –mirá lo que son las cosas- Diggle redobló la apuesta y además de recuperar al personaje, se mandó una historia de la San Puta, memorable más allá de las grossísimas consecuencias que traerá para el monstruo del pantano.
La clave está en el manejo de los personajes: Diggle los estudió a fondo y logró componer la partitura que los enrede a todos en una danza perfecta: Swamp Thing, Alec Holland, su esposa Abby, su hija Tefé, el siempre sorprendente John Constantine y, por si faltara alguien, Sargón el Hechicero, el personaje menos conocido y más ambiguo de este elenco, y obviamente el que funciona como catalizador de casi todo lo que va a pasar. No quiero revelar detalles de la trama, pero sí subrayar el gran nivel de los diálogos y lo absolutamente coherente que es el desarrollo de la saga, de principio a fin. Está apenitas estirada, pero cuando hay personajes tan ricos y diálogos tan copados, no molesta en lo más mínimo.
Parte de la enorme chapa de Bad Seed se le debe a los dibujos (¿qué digo dibujos? Recontra-dibujazos!) del glorioso Enrique Breccia, en su primera y única incursión por el mundo de las series mensuales para el mercado yanki. Lo que dibuja Breccia en Swamp Thing es completamente sobrenatural. Secundado por los colores de su hijo Martín, echa mano a todos sus recursos (que son infinitos) para darle vida a un comic que conmueve, impacta, por momentos da miedo (¿lo tenías al Churrique dibujando monstruos pesadillescos?), perturba y trata de que tomes partido en dilemas morales muy incómodos. Las seis portadas de Breccia son sendas obras maestras de la ilustración fantástica y si sos fan de Swamp Thing como yo, creo que das un brazo por colgar uno de esos lienzos en tu casa. Breccia se quedó varios números más en la serie, pero eso ya es otra historia (escrita por Joshua Dysart) que creo que no voy a leer nunca, porque tengo entendido que es flojita. Pero la Bad Seed se plantó acá y fue una cátedra difícil de olvidar a cargo de dos monstruos de carne y hueso.

12 comentarios:

Eibel dijo...

Hola Andres, me cebaste bastante con esta reseña...tenes idea si se consigue en español?...Un Abrazo!!!

Andres Accorsi dijo...

Creo que sí, que lo editó Planeta.

brunowayne dijo...

Justo estoy terminando la última saga de Moore en Swamp Thing (relectura maravillosa), esa en donde Abby va en cana y Swampy se "va de viaje" por el cosmos. Me parece que es lo mejor de todo lo que hizo Moore con el personaje, si bien "American Gothic" es gloriosa. Y ya que la nombro, ¿Sargon no moría en esa saga, quemado en esa mesa redonda de magos poderosos? ¿O me lo confundo con otro? Voy por el capítulo en el que nuestro amigo Cosa se "encarna" en un planeta vegetal en el que las plantas son sensibles, una maravilla absoluta. Y Andrés, te pregunto algo: en esta misma saga, hay un capítulo donde Swampy se va a un planeta azul en el que intenta zafar de su soledad... ¿no te recuerda a aquel maravilloso momento del Doc Manhattan en Marte? Creo que es un momento precursor de lo que sería aquel otro en Watchmen.
Con respecto a esto, me cebaste primero con lo de Millar (que trataré de conseguir, ¿está recopilado en muchos tomos?) y lo del maestro Breccia. Un abrazo!

Anónimo dijo...

Estimado A.A., de casualidad tendrá entre sus posesiones algunas trading cards de esas que se comercializaron tanto durante la decada del '90 (lease, DC Cosmic Cards o Marvel Masterpieces, etc.) de las que le interese desprederse? o tal vez sepa de algun conocido suyo que tenga...

Excelente reseña como ya es costumbre.

Gracias por su tiempo.

Andres Accorsi dijo...

Sí, Bruno. Sargón murió en American Gothic. Pero viste cómo son los personajes de DC, especialmente los místicos...
Estimado Anónimo, tengo muy poquitas trading cards y las pocas que tengo prefiero conservarlas. Consulto a mis conocidos, a ver si alguno tiene un canuto para liquidar...

Cuestionador dijo...

El capítulo del Planeta Azul es lejos, uno de los mejores números de Moore en su impresionante etapa en Swamp Thing. Lo de Sargón...creo que había resucitado en la etapa de Millar, gracias al Rubí de la Vida...había palmado una vez más en esa etapa y volvió en Bad Seed. Yo supongo que es porque gran parte de la esencia de Sargón esta en el Rubí, y éste no puede ser destruido (al menos es lo que me acuerdo, por ahí me equivoco). En fin, gracias por hacer un blog tan grosso Andrés, y una pregunta...¿que tal Roots, el prestige de Swampy que dibujó Jay Muth? Saludos.

Anónimo dijo...

Para mi la mejor historia lejos de la cosa del pantano, es esta

www.youtube.com/watch?v=1lU8vSa5se0

Andres Accorsi dijo...

Nunca leí Roots, Cuestionador.

Patricio dijo...

Se ve bueno buena reseña, sabes lo que no me convence de la serie , el guionista Diggle. He leído poco de él en la actualidad lo último de Daredevil 507-509, y pese a estar dentro de un crossover en estos números no pasa nada, digamos casi nada en seis paginas pùdo haber quedado todo. DD se cierra en el 512 por ahí tiene que ver con eso, pero Diggle no me convence. A lo mejor con Swampy estuvo fabuloso que se yo.

Andres Accorsi dijo...

Yo leí bastante de Diggle: cosas de la 2000 AD, los primeros tomos de Losers, todo lo que hizo en Hellblazer, obviamente la mini de Adam Strange... y la verdad es que le veo buenas ideas y un muy buen nivel general. No es Morrison, ni Brubaker, ni Azzarello, ni Millar. Pero me parece un buen guionista, un tipo que sabe lo que hace.

JL Cancio dijo...

Breccia + Swamp Thing = 10.

Carlos dijo...

Swamp Thing es una de las primeras cosas que leí cuando empecé a coleccionar en serio. Obviamente las traducciones de Zinco, que no estaban tan mal. Un par de años más tarde agarré los cuatro números de Morrison y Millar, y todo lo que siguió con el segundo. Cuando la serie canceló con la apoteosis de Swampy respiré aliviado. El personaje había tenido un buen final, y como Sandman se merecía que lo dejaran descansar en paz.
No leí la miniserie con Tefé, pero sí lo de Diggle y Breccia, y lo que siguió después hasta que volvieran a cancelar la serie. Bad seed me pareció que estaba bien. Las sagas que siguieron fueron un intento todavía más forzado de volver todo el universo de Swamp Thing a cero (no voy a spoilear), nada memorable por cierto.
Igual, sigo pensando que lo mejor era dejar tranquilo al personaje.