el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 30 de septiembre de 2010

30/ 09: EL PRINCIPITO


Bueno, lo confieso: nunca había leído El Principito. Sabía un par de cosas del argumento (que había un nene que charlaba con un zorro y con una flor) y hasta ahí llegaba mi familiaridad con la obra de Antoine de Saint-Exupéry. O sea que esta novela gráfica del maestro Joann Sfar tenía todo para sorprenderme, porque me agarraba tan virgen como a los chicos a los que supuestamente está apuntada.
Por supuesto, al no haber leído el libro no sé qué tan fiel a Saint-Exupéry es el autor del comic, pero vamos a suponer que lo siguió de cerca. La historia es muy fumada: un pibito con bufanda vaga por el espacio, recorre varios planeta donde conoce a gente de todo tipo, y finalmente hay una larga secuencia en la Tierra (donde empieza y termina la novela) en la que se hace amigo de un aviador al que se le averió el aeroplano en el medio del desierto de Africa. Lo más parecido a un “conflicto” que tiene la trama es que, con el correr de los días, al aviador se le empieza a acabar el agua y si no arregla rápido su nave, está medio en el horno. El resto transcurre muuuuy tranqui, entre diálogos ingeniosos, máximas de vida y debates acerca del amor, la amistad, el poder, la nostalgia y demás temas universales, pero bajados ocho cambios para que los entiendan los chicos.
O sea que, básicamente, es una novela de gente que habla. Y siempre de a dos, nunca hay tres personajes en escena. Es raro ya desde el planteo, pero además, el propio Principito es raro. Por momento tira sentencias y conceptos de tipo sabio, que la vivió y la manya lunga. Y por momentos es totalmente ingenuo y habla y se comporta como un verdadero nene de seis o siete años. Y por momentos pela el superpoder de volar de un planeta a otro, pero dentro de la Tierra no vuela. Lo mejor, me parece, es cuando nos pasa factura a los adultos. Ahí están los diálogos más agudos y más coherentes. El resto… menos mal que leí el comic y no la novela, porque me pareció un chamuyo sensiblero con poco sustento.
La novela gráfica no sólo se lee más rápido que el libro, sino que además está dibujada por el impresionante Joann Sfar. Acá, el creador de El Gato del Rabino opta por una grilla de seis viñetas y se la aguanta a lo guapo las 110 páginas que dura la obra. Su aviador tiene la cara de Saint-Exupéry y su Principito es cabezón y con ojos enormes, casi como salido de un manga. Los diseños de los personajes son invariablemente únicos y alucinantes, pero su Rey es directamente genial. La infinita cancha del prolífico Sfar impide que nos aburramos a lo largo de todas esas secuencias donde sólo hay diálogos (y miradas!), porque ofrece mucha variedad de planos y –sobre todo- porque le saca más jugo que nunca a la impronta expresionista de su trazo. Cada línea, cada sombra, cada cross-hatching, cada textura está puesta ahí para crear o para reforzar un clima, un conjunto de sensaciones. En ese sentido, el trabajo de Sfar es monumental.
Pero si sos fan del ídolo, tengo el deber de aclararte que esto no tiene nada que ver con sus otras obras. Ni siquiera con Sardine, o Petit Vampire, que también son para chicos. Si sos completista de Sfar (o sea, suicida, porque la cantidad de obras que pela esta bestia cada año es apabullante) no te lo podés perder. Pero si preferís concentrarte en las obras que reflejen la onda y la sensibilidad del co-creador de La Mazmorra, seguí de largo. O compralo, leelo, babeate con los dibujos y después regaláselo a un niño, así le entra al clásico de Saint-Exupéry desde un lugar distinto y –supongo yo- menos denso que la novela original.

3 comentarios:

rvs dijo...

Estoy fascinado con Klezmer de Sfar, ya me pongo en campaña para conseguir El Principito. Y (siguiendo con Sfar) en Francia están sacando el tomo uno de Chagall en Rusia. Es un fenómeno Sfar. Robertovs

Anónimo dijo...

muy buena la nota, muy buena la historieta, pero la novela original no es ni un poquito densa! Abrazo! Colo

Anónimo dijo...

Andres, lee el libro y dejate de joder.

Un abrazo

LuiggiDimaggio

pd: más vale que la historieta hable sobre el peligro de los baobabs, o no vale la pena principisticamente hablando.