el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 2 de diciembre de 2010

02/ 12: GROUÑIDOS EN EL DESIERTO


Enrique Ventura y Miguel Angel Nieto formaron hasta la muerte de este último una de las duplas más sólidas de la historia del comic español, asentada a lo largo de 25 años (1970-1995, más o menos) de trabajo en el campo de la historieta humorística. Además de compartir abuelos (porque eran primos), Ventura y Nieto compartieron su pasión por el humor en todas sus formas, pero especialmente por la sátira virulenta repleta de gags visuales (el estilo clásico de MAD) y por el humor con un cierto vuelo absurdo (el estilo de los Hermanos Marx). Esta vertiente llegó al extremo en 1979, cuando crearon en la revista El Jueves la legendaria serie Grouñidos en el Desierto, cuyo protagonista no sólo se llama Julius (como Groucho Marx), sino que tiene exactamente el mismo aspecto que Groucho Marx.
Tras la muerte de Nieto, Ventura (el dibujante) continuó la serie en solitario, pero casi todo el material de este recopilatorio es de 1988, cuando los primos todavía trabajaban en equipo. Grouñidos en el Desierto suele tener una o dos páginas en cada edición del semanario y generalmente cada página está dividida en nueve viñetas por una grilla que rara vez se altera. Lejos del virtuosismo que mostrara en sus primeros trabajos (cuando la dupla la rompía en las páginas de Trinca), acá Ventura sintetiza, se aferra a lo básico: el tempo narrativo (para sorprender en el remate humorístico), las expresiones faciales y el lenguaje corporal, fundamental en las secuencias donde no hay diálogos, que son muchas. Y el resto se lo guarda para asombrar de vez en cuando: los enfoques rarísimos, la enorme facilidad para clonar estilos de otros artistas… eso aparece poco y de vez en cuando.
Mencionaba recién el recurso de contar estas breves historias casi sin palabras, algo no muy previsible si pensamos que el humor de Groucho era –casi siempre- más verbal que físico. Pero acá hay de todo. Hay juegos de palabras (aunque nunca constituyen el remate de los chistes), hay slapstick, hay absurdo, hay sátira social y hasta hay una impronta medio sexópata que jamás vimos en las pelis de los Hermanos Marx. El Julius de Ventura y Nieto dedica buena parte de sus esfuerzos a perseguir minitas y eso hace que la tira caiga a menudo en chistes “de bombacha y corpiño”, no a un nivel Sofovich, pero lejos de la sutileza que aparece en las mejores planchas.
No hay mucho más para analizar, me parece. Ventura y Nieto venían jugando con Groucho desde la mítica Maremagnum (una de sus primeras obras, de 1972) y para 1988 ya tenían clarísimo qué (más) se podía hacer con este personaje. Después hay chistes mejores y peores, pero siempre dentro de un standard de gran solidez, de dos tipos ya grandes que manejaban un amplísimo arsenal de recursos a la hora de generar humor, y que a la vez acertaban siempre a la hora de plasmar esos recursos en un medio gráfico y que –por el público al que está apuntado- requiere una inmediata comprensión de lo que se quiere contar. Si (como yo) sos fan de la historieta española, sabés que Ventura y Nieto son palabras mayores, capos del tebeo de ayer, hoy y siempre.

2 comentarios:

Estúpido como un zorro dijo...

Andrés, qué pasa cuando se termina el año? Reseteas el blog y empezás de vuelta con otras 365 reseñas? No escribis más? abrís un blog nuevo? Gracias!

Andres Accorsi dijo...

Tranquilo, Estúpìdo... Ya te vas a enterar... Falta poco.