el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 20 de julio de 2011

20/ 07: LOS CARRUAJES DE BRADHERLEY


No se puede creer. Estoy atónito, estupefacto, deslumbrado, más pelotudo que de costumbre. Esto que acabo de leer es tanto, pero tanto mejor de lo que yo imaginaba cuando me lo compré, que me cuesta hilvanar las palabras para explicarlo. Yo entré por curiosidad: me llamó la atención que Dolmen publicara un tomo unitario de Hiroaki Samura, esa bestia fuera de control que le prendía fuego al lápiz en La Espada del Inmortal, y bueno, sin tener la más puta idea del argumento y sin que nadie me lo recomendara, cuando pude me lo compré.
Y lo bien que hice. Los Carruajes de Bradherley está compuesto de ocho relatos, hilvanados por una trama en común, que es la siguiente: en el año 1899, se produce un violento motín en una cárcel de un país europeo que bien podría ser Inglaterra. Como respuesta, un poderoso miembro de la cámara de los lords, ingenia un plan que es aprobado sin mayor oposición: mediante un elaborado engaña-pichanga, se llevan chicas jovencitas de los orfanatos y las meten en los penales durante varios días, para sosegar a los presos condenados a prisión perpetua, que tienen con qué divertirse. Nadie reclama a las chicas (porque no tienen familia y las compañeras del orfanato creen que van a vivir una vida de lujos y cuidados, e incluso que van a triunfar en el mundo de la ópera), los presos no van a contar lo que pasa porque, al estar condenados a perpetua, van a morir en las penitenciarías, y los carceleros tienen prohibido abrir la boca. Por supuesto, luego de cinco o seis días de ser sometidas a todo tipo de abusos sexuales por decenas de reclusos, las chicas mueren y se las entierra en el mayor de los secretos.
La primera historia nos muestra cómo los esbirros de Bradherley (que ese es el “noble” que “adopta” a estas chicas) se llevan a una jovencita de un orfanato y se la ofrecen a los reclusos de un penal como cordero en “la fiesta de Pascua”, que es como le dicen a esta siniestra operación. Es una historia tremenda, infinitamente heavy. La segunda es peor, más cruel. Nos muestra a una chica que intenta sobrevivir cada día un día más, mientras los presos la dejan cada día más deteriorada. Posta, esto es para leer con un nudo en la garganta.
La tercera historia es la de una chica que casi cumple el sueño de debutar en una gran ópera, pero un accidente la deja fuera del elenco, y si no puede actuar… Bradherley tiene un Plan B para mantenerla ocupada. La cuarta es devastadora: un preso, a quien su familia creía muerto, se encuentra con que la jovencita a la que van a vejar todos sus compañeros en esta “la fiesta de Pascua”, no es otra que su propia hija, que fue criada en un orfanato. La quinta muestra hasta qué punto están dispuestas a llegar las huérfanas para ser adoptadas por Lord Bradherley. Por ahí es la más floja del tomo. En la sexta, un carcelero se apiada de una chica e intenta ayudarla a escapar. Esta es espectacular, con un final magnífico y perturbador. En la séptima, una chica que triunfó en la ópera comete el error de preguntarse qué pasó con las otras chicas que nunca llegaron a pisar el escenario.
Y en la última, ya con la Primera Guerra Mundial como telón de fondo, reaparece una chica de la primera historia, y en una historia de tragedia y redención, el macabro operativo sale a la luz, justo cuando un bombardeo destruye la mansión de Lord Bradherley.
Todo esto, dibujado como la hiper-concha de Dios por un Samura sencillamente genial, inspiradísimo en los detalles, con ese trazo que parece lápiz sin entintar, con un trabajo de tramas mecánicas insuperable, una narrativa ajustada y cristalina y muchísimos recursos para des-enfatizar el morbo, el gore y el indescriptible escozor que producen las secuencias en las que un turba de presidiarios le hacen un gang-bang atroz a una chiquita de 13 ó 14 años. Samura transita sin el menor esfuerzo de esos climas de abisal sordidez, a los majestuosos palacios y teatros de principios del Siglo XX, donde todo es lujo y sofisticación. Y de ahí a los orfanatos, donde todo es ingenuidad pastoril, ilusión y sueños que veremos destrozados en mil pedazos.
Esto, amigo viñetófilo, es Historieta Perfecta. Se editó en Japón en 2007 y en España en 2008, mientras acá Ivrea publicaba el enésimo manga de colegialas con polleras cortas y chabones con superpoderes. Los Carruajes de Bradherley me causó un impacto absoluto, definitivo, difícil de superar. Como dijo el Más Grande, no me unió el amor, sino el espanto. Será por eso que me gustó tanto…

8 comentarios:

Cristian dijo...

Buena reseña! ... Aceptás una crítica constructiva? no anticipes tanto los argumentos: el factor sorpresa es parte del deleite!

Andres Accorsi dijo...

Trato de encanutar lo más posible los desarrollos argumentales, Cristian. A veces se puede, otras no.

Cristian dijo...

Encanute, encanute... Che, Andrés: en las ferias esas de Parque Centenario que a veces publicás, hay revistas viejas? tipo Fierro (primera etapa) o Cimoc? ...

Andres Accorsi dijo...

No, poco y nada...

Eibel dijo...

Andres, este tomo de Dolmen lo pescaste por alguna comiqueria de capital?...precio?...Abrazo!

Andres Accorsi dijo...

Sí, lo compré en una comiqueria de Capital. No me acuerdo el precio, pero no era barato.

belfegoth dijo...

Y en cual comiqueria lo compraste?

Andres Accorsi dijo...

No hacemos publicidad de comiquerías. Las que quieran ser mencionadas o recomendadas en este blog tienen la opción de solicitar un espacio de publicidad a cambio de un billete, obvio.