el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 16 de noviembre de 2011

16/ 11: SWEET TOOTH Vol.3


Hora de reencontrarme con otra de esas series de Vertigo realmente tremendas, dolorososas, de difícil digestión. En estos tres tomos, Jeff Lemire ya se aseguró de que suframos más que un hincha de Gimnasia, duhaldista y con herpes en la poronga. No quiero contar de nuevo el planteo argumental de la serie, en todo caso clickeá en la etiqueta y repasá las reseñas de los tomos anteriores.
Lo importante es que en este tercer arco Lemire avanza muchísimo los plots pendientes. De a poco, habilita data sobre Gus y su familia, que escaseaba y mucho, y en cualquier momento vamos a saber cómo se relaciona esto con las causas de la pandemia que devastó al planeta. Toda esta investigación está llevada adelante por un personaje que cobra muchísimo protagonismo en este tomo: el científico hindú Singh, con rasgos parecidos a los de Anoop Singh, te acordás? Aquel hindú al que el FMI mandaba para asegurarse de que Argentina cumpliera con las medidas que nos llevaron a ser uno de los países con más pobreza y más desocupación del planeta. Ese deleznable sicario jugaba claramente para los malos. Este, no sabemos. Es un personaje que se mueve en un terreno de atractiva ambigüedad, al que seguramente Lemire le reserva un rol importante en la saga, y al que usa para bajarle data al lector, como en ese unitario que abre el tomo, un magistral (y atípico) homenaje a Marv Wolfman y George Pérez. También hay bastante desarrollo para Doug Abbot (hasta ahora, el más hijo de puta de los villanos) y su hermano Johnny, para el jodido Glebhelm y para algunos secundarios más. Pero el protagonismo sigue en manos de Gus, cada vez más maduro y decidido, y de Jepperd, al que Lemire termina de definir y –ya que está- le pega otro golpe de extrema crueldad.
Hay miles de ejemplos del talento y la solvencia de este joven autor canadiense, pero me quedo con uno: al final del quinto episodio de los seis que recopila este TPB, Doug Abbot le revela a Jepperd que su hijo, al que él creía muerto, está vivo. Es un híbrido y está en cautiverio. Ahí vos decís “llega a ser Gus y me corto la chota en fetas y le mando una por correo a Lemire”. A Lemire le quedan 22 páginas para impedir que su buzón se llene de sobres con fetas de chota de los lectores y además le tiene que dar un cierre al arco más ambicioso desde que arrancó la serie. ¿Cómo lo resuelve? Posta, no te lo puedo contar, pero es malignamente genial e impredecible.
Así como el Vol.2 era más pachorro, porque Gus estaba inmovilizado por los villanos, este es el más dinámico, el más jugado a la acción, y por supuesto el más violento. Lemire no se olvida de los climas intimistas ni de las secuencias tranqui, que tanto le dieron de morfar en sus obras anteriores. Están y la rompen. De hecho, el primer episodio es eso, ni más ni menos. Pero después se viene la machaca y la verdad es que pocos autores del palo indie norteamericano se bancarían dibujar la cantidad de tiros, piñas y cuchillazos que dibuja Lemire en este tomo.
El dibujo está un poquito... no sé si descuidado, pero por momentos, muy acelerado. A Lemire le sale bien, su estilo da para sacar páginas con fritas, para entrarle duro y parejo con la tinta, sin calentarse mucho en bocetar toda la página a lápiz. De todos modos, pela planificaciones tan arriesgadas, tan milimétricas, que es obvio que –aunque no las bocete- tiene las páginas recontra-meloneadas. Y cualquier rasgo de excesiva sencillez o incluso de precariedad que pueda tener el dibujo, desaparece cuando entra en juego el color, obra del maestro José Villarrubia. El español radicado en EEUU es en gran medida responsable de que el trazo zarpado, el expresionismo al límite que pela Lemire se vista de gala, gane en texturas, en climas, en profundidad, en impacto y en belleza. Son tantos los coloristas de Vertigo que merecen ir en cana, que lo de Villarrubia es triplemente loable y destacable.
Una vez más, un tomo de Sweet Tooth me deja mal, alterado, dolido, juntando fuerzas para no entrar a la web y leer en scans los episodios posteriores. Es una lucha, pero contra comics de este nivel, la pierdo con gusto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sweeth Tooth es la perfecta historieta de aventuras. Lemire la está rompiendo todo el tiempo.

otto

afalxp dijo...

Que buen tomo. Lo acabo de leer y el final es de una mala leche... se veia venir q uno de los hibridos era el hijo, pero hacer q sea justo "el sacrificado" me pareció tremendo. Que puta buena serie.