el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 21 de noviembre de 2012

21/ 11: ALEX

Entre Mail Order Bride y Freeway, me cebé tanto con Mark Kalesniko que empecé a buscar las obras anteriores. Así caí en Alex, que tiene el atractivo extra de tener como protagonista a Alex Kalienka, el mismo de Freeway, que es una especie de alter ego de Kalesniko.
Se supone que Freeway es una continuación de Alex, pero ¿es tan así? Yo diría que no, que son dos historias alternativas. En una (Freeway), Kalienka se casa y se queda en California y en la otra, manda todo a la mierda y se vuelve a su pueblito de Canadá. También está la posibilidad de que, después de lo que sucede en Alex, decida volver a Hollywood a vivir lo que sucede en Freeway, pero lo veo poco factible. En ambos casos (y obviamente también en la vida real de Kalesniko) el pibe al que le encantaba dibujar cumple su sueño de entrar a trabajar en un enorme estudio de animación (que cambia de nombre de un libro a otro, pero claramente es Disney) y se choca con una picadora de carne que lo explota, lo maltrata y finalmente le hace perder el amor por el dibujo.
En el libro que lleva su nombre (escrito y dibujado en 1994 y recopilado recién en 2006), Alex sale de esa experiencia convertido en una especie de energúmeno inaguantable. No labura, no se divierte, no la pone. Canaliza su frustración, sus angustias y sus inseguridades a través del escabio, lo cual lo hace estallar en ampulosos berrinches, con nefastas consecuencias para sus muebles, sus botellas y sus materiales de dibujo. Tanto su paso por el secundario (bastante traumático, porque era un nerd que casi no socializaba) como su experiencia en Los Angeles lo convirtieron en un tipo tenso, nervioso, resentido y cagón. Una basura, bah. El principal problema para disfrutar de Alex (la obra) es Alex (el personaje). Decí que le gusta Depeche Mode. Si no, no tiene UNA a favor.
La historieta se trata básicamente de eso: un tipo que llegó a cumplir un sueño, se dio cuenta de que detrás del sueño había una empresa muy hija de puta que le robó las ilusiones, y se convirtió en un tipo de mierda, un inmaduro crónico, un borracho irascible como el Capitán Haddock, pero sin su carisma. Tan insufrible se hace este personaje, que la novela levanta muchísimo cada vez que aparece algún secundario. Por suerte, Kalesniko trata a estos mejor que a sí mismo. El resto, parece la obra de un tipo superado por sus demonios internos, que busca en la historieta autobiográfica la posibilidad de exorcizarlos.
Por millones de motivos (no sólo porque el Kalienka de Freeway es más creíble y está mejor trabajado), me quedo con el Kalesniko más maduro, el de su obra más reciente. En Alex se ve a un autor con un talento indiscutible, una bestia del dibujo capaz de hacer cualquier cosa, pero le falta esa frialdad en el buen sentido de la palabra; esa sensación de “tranqui, muchachos, tengo todo bajo control”. Al Kalesniko de los ´90 le gana la furia, la urgencia. Se nota mucho cuánto lo afecta todo lo que nos quiere contar. De todos modos se nota también su mano maestra para componer las viñetas, para mostrar la acción, para darle expresión a los rostros, para tirar diálogos brillantes, para meter tramas mecánicas, para darle fuerza e intensidad incluso a escenas pachorras en las que nadie mueve un dedo. Evidentemente, estamos ante un genio de la narrativa gráfica, con méritos más que suficientes como para tener el mismo reconocimiento que otros autores de su generación, tipo Daniel Clowes o Peter Bagge.
Si leés Alex antes que Freeway, no te dejes vencer por este personaje patético y repulsivo. Seguí adelante, que en Freeway te espera un Alex Kalienka más copado. Si ya leíste Freeway (o Mail Order Bride), esto está buenísimo, aunque el argumento tiene bastante menos power que los de esas dos joyas, porque Alex se conforma con regodearse en las miserias de un “joven a la deriva” y las otras no. En ambos casos, preparate para sumergirte en el mundo (por momentos bastante perturbador) de un creador superdotado para el dibujo, que se lanzó con honestidad brutal al terreno de la historieta confesional en una época en la que esta no estaba de moda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

quiero empezar a leer Sandman, me tengo que comprar los 75 numeros si o si? porque escuche por ahi que hay numeros e historias sueltas. Desde ya gracias.


Andres Accorsi dijo...

Comprate los libros, Anónimo...