el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 25 de abril de 2015

25/ 04: CONTROL DE PLAGAS

Hoy volvemos a visitar un conurbano bonaerense post-apocalíptico, pero acá no hubo una plaga de zombies tristes, sino que nuestra realidad fue invadida a través de un vórtice interdimensional por toda clase de vampiros, fantasmas, licántropos, monstruos y –por supuesto- zombies. Con reglas parecidas, la sociedad siguió funcionando, aunque siempre al borde del colapso. En ese contexto sobreviven (y facturan bastante bien) Wang y el Chino, dos duros exterminadores de monstruos y criaturas sobrenaturales que combaten a esta epidemia con huevos, ingenio y fuerza bruta, según sea el caso a resolver.
Sobre esta base, Max Aguirre y Jok crearon una serie de aventuras que combinan con mucho equilibrio la comedia, la acción y el terror. Como los guiones los escribe Aguirre (que hace años se gana la vida con el humor gráfico) los chistes muchas veces ganan la pulseada, y está bien que así sea. Me he reído muchísimo con algunos diálogos de este libro, en los que Aguirre saca a relucir su chapa de graduado summa cum laude de la Universidad de la Calle. Esa sabiduría suburbial, atorranta, le permite al guionista mirar al género del terror y sus convenciones desde una óptica muy fresca, muy impredecible y muy aguda. Y por supuesto, usa al humor para cortar climas muy espesos que se generan cuando los personajes están envueltos en kilombos mayúsculos que involucran a amenazas sobrenaturales realmente peligrosas. De hecho, a medida que pasan los episodios, Aguirre hace cada vez más hincapié en los compañeros del Chino y Wang que ya no están, que no vivieron para contarla.
O sea que, con chistes y bizarreadas, esta es una historia fuerte, con un contenido dramático insoslayable. Y con un elemento 100% cautivante como es el contrapunto entre las personalidades de Wang y el Chino, que no pueden ser más opuestas y que Aguirre explora a fondo como fuente de nuevos chistes pero también para aumentar la tensión en cada una de las misiones.
El dibujo de Jok está muy, muy bueno, totalmente jugado al claroscuro. Acá sólo hay línea, mancha y espacio. Blanco puro o negro pleno, nada más. Y con eso, Jok logra lo indecible. El único problema que le veo es que es un estilo un toquecito difícil de digerir para el que no tiene una cultura gráfica vinculada al dibujo. Se lo das a un pibe que sólo mira dibujos animados y me parece que no le va a gustar, o que le va a costar entenderlo, porque la estética de Jok requiere una cierta decodificación. Obviamente que si leíste a los maestros del claroscuro (Breccia, Muñoz, Pratt, Risso, el Miller de Sin City, el Mignola más extremo) esto te va a resultar tan familiar como atrapante, porque además Jok te engancha con la puesta en página, con la composición de la viñeta, con los detalles que mete… hasta la colocación de los globos de diálogo es impecable. No sé cómo le puede pegar esto a un neófito, pero si ya sos fan de este discípulo aventajado de Oswal, lo vas a disfrutar a pleno.
Además de las aventuras del Chino y Wang, el libro incluye 64 páginas de una especie de enciclopedia de criaturas y monstruos. Son 32 textos acerca de sendos bichos, cada uno con una ilustración de un dibujante distinto. En este segmento participan varios guionistas invitados (Rodolfo Santullo, Luciano Saracino, Federico Reggiani, Diego Cortés, Roy, Alejandro Farías, y hasta referentes del periodismo como Martín Pérez o Andrés Valenzuela, o de la literatura, como Leonardo Oyola) y 32 dibujantes, entre los que se destacan Tute, Quique Alcatena, Nicolás Brondo, Alejandra Lunik, Lauri Fernández, Carlos Aón y Horacio Lalia. Una muy linda idea para “inflar” la cantidad de páginas del libro y a la vez abrirle el juego a un montón de otros autores con algo que va mucho más allá de la remanida galería de pin-ups. Y también hay un par de pin-ups, cómo no, todos dibujados por el propio Max Aguirre, como para contraponer su visión de Wang y el Chino con la de Jok.
Control de Plagas no marca un antes y un después de nada, ni tampoco pretende hacerlo. Es un entretenimiento de muy buena calidad, pensado para hacerte pasar un buen rato, de la mano de unos guiones divertidísimos y un dibujo de notable solidez. Sin dudas vale la pena.

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